«Alimenta la solidaridad» atiende a 700 niños de Petare

Sembrar la esperanza" es uno de los objetivos de la iniciativa social

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Alimenta La Solidaridad Acción Social Petare Foto Cortesía Fecha 130418

Un plato de comida al día ofrece el programa «Alimenta la Solidaridad» en siete barrios de Petare, beneficiando a 700 niños y algunos adultos en condiciones vulnerables que también son atendidos diariamente. «Sembrar la esperanza» es lo que mueve a un grupo de voluntarios organizados por el presidente del Concejo Municipal de Sucre, Andrés Schloeter y el diputado a la Asamblea Nacional por Primero Justicia, Ángel Alvarado.

Un grupo de madres, educadores, religiosas y líderes comunitarios buscan establecer un comedor en los barrios más grandes de Petare con el objetivo de llevar asistencia nutricional inmediata en una primera instancia y en una segunda etapa ofrecer herramientas a través de la creación de una escuela de negocios. Alvarado explica que «la idea es ayudarles a formular un proyecto que puedan presentar a la banca y recibir financiamiento, se trata especialmente de mujeres solas que vienen de entornos de violencia familiar y desempleo y desnutrición», según reseña un trabajo publicado en El Universal.

Betty Díaz vive en Barrio Unión, sector El Carmen y es la fundadora del comedor en esa barriada «yo hice un censo por tres meses de niños de la zona. Sentí que era la oportunidad de ayudar aunque realmente sueño con que los niños que asisten al comedor puedan comer en sus casas, que sus madres les preparen su comida con calor de hogar» reflexiona con emoción.

«¿Cómo va a querer uno que un niño de cinco años coma una vez al día?» se pregunta Díaz.

Los comedores se están convirtiendo también en centros comunitarios donde los niños y sus familias asisten a jornadas de atención en materia de salud y orientación.

Además de Barrio Unión los comedores se ubican en San Blas, Agricultura,Villa Esperanza, Turumo, San Isidro y La Embajada, informa Juselvis Jaimes, quien se encarga de la logística de la distribución de los alimentos donados a los comedores.

Bernarda Galicia, una de las colaboradoras más entusiastas, es religiosa guatemalteca y lleva 21 años viviendo en Venezuela. Al confesar que no tiene intención de irse del país señala que «hoy más que nunca Venezuela nos necesita y eso me llena el alma. Los venezolanos me han hecho sentir muy bien recibida, son alegres a pesar de que en este momento hay bastante tristeza, dolor y rabia».

El viernes en el barrio Agricultura se ofreció minestrone, preparado por madres del barrio. Al mediodía los niños y adultos más necesitados se reunieron en un salón del sector. Niños más grandes ayudaban a comer a los más pequeñitos mientras los voluntarios se esforzaban por brindar atención.