Claudia, nombre ficticio para mantener en resguardo su identidad, maneja un pequeño negocio con su cuñada de la muy famosa «lotería de animalitos» y pese a que ese «emprendimiento» le genera buenos dividendos la crisis económica por la cual atraviesa el país debido a la hiperinflación y la escasez de efectivo ha diversificado sus ingresos. Ahora lo que ha incrementado sus recursos es la venta de efectivo.
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«Hay personas que viven en ciudades dormitorio alejadas de Caracas y no tienen el tiempo de hacer dos horas de colas en un cajero o una agencia bancaria. Por ello acuden a mi negocio para intentar conseguir el efectivo para trasladarse. Entonces junto a mi socia acordamos venderlo con un recargo entre el 50 % y el 100 % para ayudar a la gente y ayudarnos a nosotros«.
Antonio Morales, superintendente de las Instituciones del Sector Bancario, señaló recientemente que parte del problema con el efectivo obedece a que los bancos «no están retornando las remesas al BCV, situación que ha incrementado la escasez».
El diputado y economista José Guerra ha reiterado que el nuevo cono monetario se ha devaluado a niveles increíbles y además no están en el país las suficientes piezas necesarias para mantener las actividades comerciales diarias. Añadió que la hiperinflación está demandando que se impriman más billetes y con denominaciones acordes a la distorsión que se vive en el país. «Hay que imprimir más billetes y de mayor denominación. Ya de Bs1.000.000», indicó.
Desde su negocio alterno Claudia afirma que hay días en los que se ha quedado completamente sin efectivo. «No te puedo decir exactamente cuánto podemos ganar con esto pero realmente son millones de bolívares que caen a la cuenta y ya es mucho más que lo que obtenemos por los animalitos».
El proceso es simple: el cliente pasa su tarjeta de débito por el monto total del efectivo que desea más el recargo por la operación y luego Claudia le entrega los billetes a la persona.
Al consultarle sobre si está consciente que esta es una operación ilegal asegura que no tiene problemas porque hasta «la ley» llega a su negocio buscando efectivo. «Este punto de venta tiene una razón social de una lunchería y desde polícias hasta fiscales del Seniat pasan por acá buscando su efectivo».
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