Venezolanos rematan sus carros al no poder mantenerlos

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Cortesía

La escasez de repuestos y los altísimos costos de las reparaciones colocan al borde de la quiebra al sector de los talleres mecánicos y deja a los conductores de transporte público y automóviles privados con unidades que poco a poco se convierten en chatarra

El deterioro del parque automotor venezolano es cada vez más evidente en las calles. Ante la realidad de la  falta de repuestos, altos costos de los mismos cuando se consiguen y el incremento constante de la mano de obra, muchos venezolanos se han visto en la necesidad de dejar sus carros estacionados hasta por meses o ponerlos en remate.

Un vendedor de vehículos, que se dedica a la comercialización de carros usados, me contaba recientemente que el mercado se dividía entre aquellos que estaban dispuestos a esperar por algún interesado les pagara el precio justo y los que por necesidad médica o apuro por irse del país los remataban por una cantidad en dólares que no cubría el valor del bien.

Para la clase media venezolana tradicionalmente la propiedad de un carro y renovarlo cada cierto tiempo era un elemento que la distinguía; sin embargo, desde hace años  el solo mantenimiento del que se tiene se ha hecho cada vez más cuesta arriba.

Se ha llegado al extremo que muchos  venezolanos tiemblan a la hora de cambiarle el aceite, reponer un caucho o cualquier otra reparación mínima que antes era propia de la rutina. Ni hablar de cómo enfrentar un problema mayor de esos que suelen presentarse cuando los carros tienen más tiempo de uso.

El ingeniero mecánico, Juan Carlos Rodríguez, especialista en motores señala  que  “el precio para reparar un motor es escandaloso, ni siquiera podemos   dar una cifra fija en el momento de trabajar el vehículo, ya que no es posible a causa de la hiperinflación, los costos de los repuestos cambian en cuestión de horas. Tú puedes durar 15 días o un mes haciéndole el motor a un vehículo y la cifra que diste al inicio al tiempo de concluir el trabajo este dinero ya no vale casi nada. Incluso cuando pides una pieza a un proveedor, mientras la consigue la misma cambia de precio a diario por ser importada, esto hace que reparar un carro es casi misión imposible”.

Los talleres mecánicos por su parte señalan que no tienen inventario de piezas pues el 95 por ciento son importados   “los dueños han optado por buscar ellos mismos las piezas según el diagnóstico del taller, y así tratar de ahorrar algo en la compra de los repuestos, esa es una de las razones para ver carros arrumados en los talleres, al no tener los propietarios los recursos para arreglarlos  o no conseguirse las piezas en el país” comenta Rodríguez en un llamado de alerta enviado desde el sector.

También es cada vez más común conocer de personas que ante la imposibilidad de reparar sus carros tratan de negociar su venta con los talleres.

Precisar precios de algunos servicios en una columna como esta es un gran riesgo pues cualquier costo estará seguramente desfasado a la hora de su publicación. Pero se sabe que para afrontar cualquier trabajo mecánico se requieren al menos tres salarios mínimos.