2018: La dictadura de los Clap

0
2744

El primer trimestre se aproxima lleno de mayores certezas que sorpresas. Un virtual adelanto de la elecciones presidenciales, pone una vez más en el congelador la toma de decisiones económicas de fondo.

El año 2017 está a punto de cerrar sin el menor indicio de cambio económico. Parece no ser suficiente una paridad cambiaria “paralela” superior a los Bs 100 mil por dólar, una inflación que ronda el 2000% , escasez sistemática de rubros esenciales de alimentos y medicinas para tomar medidas que apunten a marcar al menos el inicio de cambios estructurales.

¿Es solo culpa del gobierno? En principio sí porque es el responsable del diseño y aplicación de políticas erradas que propiciaron la expansión de una economía rentista, contraria a lo que siempre han asegurado buscar con el “Socialismo”.

Observando un poco más allá, debo reconocer que no es el único responsable, pues un grupo no cuantificado de la población, aún busca y se satisface con las dádivas de un Estado moroso por no decir en quiebra, pues teóricamente los países nunca quiebran.

Seguramente habrá escuchado a más de un familiar, amigo, vecino, colega o compañero de cola  esperar con ansias el “bono navideño” o cualquier otra promesa populista proveniente del Estado. Es importante resaltar que no se trata solo de personas en extrema necesidad o con precaria cultura y poco acceso a la información.

También habrá quien diga que “ganarle una a este gobierno” se justifica, pero considero que con ese pensamiento estrecho no se recuperará un país. Realmente la situación es más difícil en la calle que lo que alcanzan a describir las palabras y cada quien tiene derecho a “resolver” como mejor pueda su situación y la de los suyos. Pero en el fondo, me pregunto, ¿dónde quedan los valores y los principios? Probablemente el hambre no sabe de principios.

El gobierno está muy consciente de esta realidad y la usa a su antojo para lograr sus objetivos políticos; también es muy probable que ellos sí la tengan hasta cuantificada.

El presidente Nicolás Maduro en su último programa dominical, anunció que al inicio del año vendrían buenas noticias en relación a los beneficios de los Comités Locales de Abastecimiento (Clap). La expectativa está generada. Comenzaremos 2018 bajo la dictadura de los Clap, porque ante la caída estacional de la oferta que ha caracterizado los primeros meses del año, la cual se intensificará por la escasez ya sistemática, a muchos ciudadanos no les quedará más que sacarse su carnet de la patria y anotarse en la lista para recibir su bolsa de los Clap.  Las acciones del gobierno apuntan hacia la dependencia absoluta del ciudadano de los medios de distribución  de alimentos del Estado como vía  para obtener un mayor control social.

Esta mayor dependencia servirá para presionar en un escenario electoral cercano que ya está preanunciado. Maduro lo ha dicho, en las calles del centro ya se exhiben afiches de “Maduro Presidente” y lo más importante es que el acuerdo electoral es el punto más avanzado en la mesa de diálogo y negociación de Santo Domingo, República Dominicana.

El gobierno cree que es posible ganar las elecciones presidenciales con una oposición dividida como se muestra actualmente; sin embargo, un reciente estudio de Torino Capital ve con dificultad lograr esta meta.

“No será fácil para el presidente Maduro lograr la reelección, incluso en un escenario de elecciones presidenciales adelantadas. Maduro sigue siendo muy impopular y una elección presidencial, a diferencia de las regionales, estará claramente centrada en la evaluación de su gestión, que la mayoría de los venezolanos ven negativamente” considera Francisco Rodríguez, economista jefe de la firma y autor del reporte.

Como dice el dicho popular las cartas políticas parecen estar echadas, queda la pregunta: ¿Y la economía para cuándo?

Información de @Venepress