Partido de Angela Merkel vuelve a vencer en parlamentarias de Alemania, pero con menor apoyo que antes

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Organización ultraderechista llega a la legislatura por primera vez

La Unión Democristiana (CDU), que lidera Angela Merkel, fue el partido más votado en las elecciones parlamentarias alemanas de este domingo, según estimados. De esta forma y sin sorpresas, la canciller quedaría reelecta para un cuarto mandato consecutivo.

La CDU habría conseguido 33,3% de los votos y 220 de los 631 escaños en la Dieta Federal. A pesar de esta victoria, el resultado representa una merma con respecto a las 331 curules logradas en los comicios de 2013. En ese entonces, el oficialismo logró 41,5% de los sufragios.

En el segundo lugar este domingo quedó la organización tradicional de centroizquierda del país europeo, el Partido Socialdemócrata de Alemania. Actualmente, forma un gobierno de coalición con la CDU. También esta tolda tuvo un desempeño peor al de hace cuatro años: cayó de 193 a 137 escaños, y de 25,7% del apoyo electoral a 20,8%.

Un punto notable es que la ultraderecha alemana pondrá sus pies en el Parlamento: Alternativa para Alemania logró 13,2% del sufragio y contará con 87 curules. Cuando se fundó en 2013, solo 4,7% de los electores votó por ella y, la organización quedó por fuera de la cámara. Este partido ha tenido como banderas la oposición a la existencia de la eurozona, al financiamiento de Alemania a la Unión Europea y a los rescates a otros miembros con problemas financieros (como Grecia), así como restricciones mucho mayores a la inmigración (sobre todo de musulmanes) y el rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo.

El Partido Democrático Libre, de corte liberal clásico, volverá a la Dieta tras cuatro años de ausencia. Consiguieron 67 escaños y 10,1% del voto. Lo siguen Los Verdes, grupo ecologista, con 61 curules y 9,2%; y la coalición de ultraizquierda llamada, precisamente, La Izquierda, con 59 y 8,95%.

¿Y qué significa todo esto?

La caída en el apoyo electoral a las organizaciones políticas tradicionalmente dominantes, aunada al ascenso (aunque sea modesto) de partidos que propongan cambios radicales, por lo general es señal de que el descontento con el statu quo entre la ciudadanía está aumentando. Estas elecciones en Alemania no son la excepción. El gobierno de coalición entre la CDU y los socialdemócrata (si, como se espera, se mantiene), tendrá tiempo para recuperar la confianza de las personas insatisfechas, pero para lograrlo deberá actuar con energía.

La proliferación de atentados terroristas en Europa por extremistas musulmanes ha sido una de las mayores causas de molestias. Más aún en una nación que atrae a miles de inmigrantes del Medio Oriente por su fortaleza económica y la política de puertas abiertas que Merkel ha mantenido hacia los desplazados por los conflictos en aquella zona. Alternativa para Alemania ha sabido aprovechar tal situación para aumentar su base de apoyo, como lo han hecho movimientos xenofóbicos en otros países europeos recientemente.

Por ahora, los mercados globales (y sobre todo los del Viejo Continente) podrán respirar tranquilos, a sabiendas de que en los próximos años Alemania, principal músculo financiero de la Unión Europea, seguirá gobernada por Merkel, la gran defensora de la mancomunidad. Sin embargo, estarán pendientes de lo que ocurra en este nuevo Parlamento, más heterogéneo que su predecesor, y alertas ante la posibilidad de que la ultraderecha siga creciendo en popularidad.