Recordar es vivir: «Cabeza e’ Mango» sería constituyente con los mismos líderes cuya vigencia cuestionó

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Al conductor de Zurda Konducta le indignó que se culpara al pueblo por derrota en parlamentarias

Ayer se conoció que tres conductores del programa de Venezolana de Televisión Zurda Konducta se inscribieron como candidatos a la «asamblea nacional constituyente» impulsada por el Gobierno. Se trata de Fidel Madroñero, Ricardo González y Oswaldo Rivero, mejor conocido por su apodo «Cabeza e’ Mango».

Los jóvenes comunicadores pasan así a integrar un roster de nominados que incluye a muchas caras conocidas del chavismo, algunas mucho más que las de ellos. La lista incluye a Diosdado Cabello, Adán Chávez, Cilia Flores, Delcy Rodríguez, Iris Varela, Hermann Escarrá y Carmen Teresa Meléndez.

El abogado constitucionalista con su intermitencia aparte, se trata de personas pertenecientes desde sus inicios a la elite chavista. Componen la vieja guardia de dirigentes rojo rojitos que todo el mundo conoce y que, según casi todos los estudios de opinión público, acompañan al presidente Nicolás Maduro en el repudio profesado por la enorme mayoría de los venezolano, que los responsabiliza por la catástrofe económica y social que atraviesa el país. Tan es así que muchos de ellos fueron parte de la oferta chavista en las elecciones parlamentarias de 2015, en las que el oficialismo salió vapuleado.

Justamente por eso llama la atención el hecho de que «Cabeza e’ Mango» esté dispuesto a ser su compañero en una campaña a todas luces sin contrincantes. Al poco tiempo de haberse anunciado la derrota comicial del Gobierno, Rivero dio un discurso airado contra la dirigencia del PSUV. ¿El motivo de su furia? El hecho de que esa dirigencia, de Maduro para abajo, responsabilizara al pueblo por el resultado de las elecciones, alegando que «entregó la Asamblea Nacional a sus verdugos».

«Algunos voceros del Polo Patriótico, del comando de campaña, quieren echarle la culpa al pueblo», dijo, ante un público de activistas revolucionarios. Además a Cabeza e’ Mango le molestó el anuncio de Maduro de convocar el Congreso de la Patria como punto de partida para la «contraofensiva». «¿Saben dónde va a ser? En el Hotel Alba (Caracas). ¿Ustedes están de acuerdo con esa vaina? ¡Esa vaina hay que sacarla pa’l pueblo! ¿Quiénes van a discutir la dirección de la revolución? ¿Los mismos 10 carajos de siempre? Nosotros tenemos que hacer resistencia entonces», dijo.

Rechazó que se le acuse de pretender dividir el chavismo e incluso dijo que no le importaba si, como represalia por sus críticas, lo despedían de VTV.

Pues, apenas año y medio después, Cabeza e’ Mango estaría ni más ni menos que reescribiendo el contrato social venezolano al lado de, por usar sus palabras, «los mismos 10 carajos de siempre». La cosa no será entre los lujos del Alba Caracas, pero ya Maduro adelantó que las instalaciones del Palacio Federal Legislativo harán de sede para las deliberaciones. ¡Qué «popular»!

Y aunque a Rivero le indigne que se culpe a la gente por la pérdida de apoyo al chavismo, al parecer no le perturba ser candidato en una votación organizada de manera tal que sea imposible perder.

Sinceridad ante todo

Al igual que otros programas de VTV, y que el aparataje propagandístico oficialista en general, Zurda Konducta se ha caracterizado por emitir contenidos informativos no precisamente apegados a la realidad, sobre todo cuando se trata de la oposición venezolana.

Solo por poner un ejemplo, hace unas semanas divulgaron en redes sociales un video de lo que, según ellos, era el linchamiento de dos hombres en Táchira por manifestantes. Sin embargo, una investigación del portal El Pitazo reveló que en realidad se trataba de una golpiza en Ciudad de Guatemala perpetrada contra delincuentes locales. Ello no impidió que el diputado Pedro Carreño, el animador Winston Vallenilla y el defensor del pueblo, Tarek William Saab, hicieran eco a la noticia falsa, todo para criminalizar las protestas opositoras.

De cualquier funcionario público se espera honestidad y transparencia. Con semejante reputación, ¿puede esperarse eso de los conductores de Zurda Konducta, en su misión para refundar el Estado?