El gobierno de Donald Trump liberó este jueves 27 de abril al venezolano Marco Aurelio Coello Morillo, símbolo de las víctimas de la tortura en Venezuela y cuyo caso de asilo se mantiene en los tribunales.
«Marco está libre. Aquí está conmigo», dijo su madre, Dorys Morillo de Coello, en contacto telefónico a Univisión Noticias desde el centro de detención donde estuvo recluido el joven.
«Gracias a Dios ya estoy aquí afuera«, expresó Marco Coello al salir. «Estuve en una celda. Primero acompañado y después solo. Me hicieron varios exámenes médicos, psicológicos y un interrogatorio».
«Cuando llegué me pusieron un uniforme azul y después uno rojo… no puedo dar más detalles», indicó.
Coello fue arrestado cuando asistió a su primera cita en las dependencias de la Oficina de Inmigración y Control de Aduana (ICE) en el centro de Miami, pensando que iba a ver al juez que lleva su caso de asilo, el cual presentó en 2015.
El venezolano fue, entonces, trasladado al centro de detención de Krome, en el sur de Miami.
ICE dijo el miércoles que sobre Coello pesaban dos cargos menores («misdemeanor») y una violación a los términos de su visa de turismo («overstay»), que utilizó para entrar al país.
No obstante, su abogada Elizabeth Blandon explicó que Coello «entró como turista en septiembre de 2015. Por lo tanto, su estadía como turista terminó en marzo 2016. Pero antes de eso, él ya estaba en los EE.UU legalmente como ‘aplicante para el asilo'».
Comentó, además, que el 11 de septiembre del 2015, Coello presentó su solicitud de asilo. «Desde esa fecha hasta hoy, de acuerdo a la política de inmigración, Marco esta con presencia autorizada», aseguró.
En la mañana de este jueves, simultáneamente a la liberación de Coello de Krome, ICE rectificó su declaración inicial sobre los cargos que pesan sobre el inmigrante venezolano y en lugar de dos cargos aseguraron que solo tiene un delito menor.
A partir de ahora, el caso continúa en las cortes de inmigración. Será un juez quien determine su futuro inmediato en EEUU.
Coello fue detenido el 12 de febrero de 2014 en Caracas durante las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro, y su caso fue vinculado al del líder opositor Leopoldo López. Durante su detención fue torturado brutalmente por la policía. Sus denuncias reposan en informes de Human Rights Watch, la ONU y Amnistía Internacional, entre otros.
Estuvo en prisión hasta julio de 2014, cuando un informe forense demostró que sufría daños post-traumáticos, por lo que le otorgaron una medida judicial que le permitió seguir el juicio en libertad. Pero antes del día del juicio, donde fueron condenados sus compañeros de causa, huyó a Estados Unidos para solicitar asilo.
Con información de Univisión.com.
