Así fue cuando Maduro dijo que liberará a Leopoldo López si EE.UU. liberaba a Oscar López Rivera

0
1597

El jefe de Estado no hizo mención a su «compromiso» al enterarse sobre indulto al puertorriqueño

A principios de 2015, cuando al dirigente opositor Leopoldo López le faltaba poco para cumplir un año tras las rejas, el presidente Nicolás Maduro hizo alusión a él y a un hipotético escenario para su liberación. Acababa de quedar atrás diciembre, época en que los familiares de los presos políticos avivan sus esperanzas de que el jefe del Estado, inspirado por el espíritu navideño (o, tal vez más acertadamente, por la buena publicidad que generaría que lo vean de esa forma), use su prerrogativa presidencial del indulto para que aquellos puedan pasar las fiestas junto con sus queridos. No ocurrió.

En aquel día de enero, Maduro cuestionó a quienes piden que libere a López, y planteó una suerte de intercambio de prisioneros como único escenario en el que posaría su pluma sobre un perdón presidencial para el líder de Voluntad Popular. «La única forma de yo usar las facultades que tengo para liberarlo, es pa’ montarlo en un avión que vaya a los Estados Unidos, lo deje allá y me entreguen a Oscar López Rivera. Pelo a pelo, pues», dijo, a lo que siguió uno de esos aplausos por parte de su gabinete característicamente poco entusiastas.

Pues resulta que López Rivera recibió ayer un indulto por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a solo días de que este concluya su mandato. Maduro no tardó en pronunciarse. Tras días de insistir en que su par norteamericano «está obsesionado con Venezuela», de atribuir cuanto mal haya en el país al «coletazo de Obama antes de dejar el cargo» y de señalarlo de ser una amenaza para los gobiernos y movimientos «progresistas» en la región, el mandatario venezolano le agradeció por el indulto. «Thank you very much, Mr. President, Obama. Gracias, gracias, gracias», dijo (eco del mismo aplauso apagado de hace dos años). Ninguna mención a su «compromiso» previo sobre Leopoldo López, sin sorpresas.

¿Quién es López Rivera?

Llevaba más de tres décadas y media detenido en Estados Unidos. Oscar López Rivera nació en 1943 en San Sebastián, Puerto Rico. Fue uno de los militantes más connotados de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional Puertorriqueñas, un grupo armado que buscaba la independencia de la isla y la implantación de un régimen marxista-leninista en ella. La organización tuvo cierto impacto en la década de 1970, cuando detonó varias bombas en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos, algunas de ellas con víctimas fatales.

López Rivera fue detenido en 1980. Un año después una corte norteamericana lo condenó a 55 años de cárcel por los delitos de conspiración sediciosa, uso de fuerza en comisión de robo, transporte interestatal de armas y conspiración para transportar explosivos con la intención de destruir propiedad gubernamental. Desde entonces, algunas organizaciones de Derechos Humanos lo han catalogado como preso político y exigido su liberación. Para otros, incluyendo a los familiares de las víctimas de las bombas de las FALNP, no es más que un terrorista.

En 1999, el entonces presidente Bill Clinton ofreció dar libertad condicional a López Rivera a cambio de un compromiso de dejar la violencia como forma de lucha. El puertorriqueño lo rechazó. Según sus críticos, la negativa se debe a que López Rivera no está dispuesto a abandonar el terrorismo. Quienes lo apoyan más bien han planteado que la libertad condicional le resultaría como otra forma de prisión. Esta vez, con Obama, no hay condiciones, y la abogada del detenido dijo que este está «muy agradecido».

Pronto pudiera vérsele en un acto del oficialismo venezolano. «Esta es tu patria. Cuando quieras venir a Venezuela, esta es tu casa», dijo Maduro ayer. Mientras, en la cárcel militar de Ramo Verde no se vislumbra ni una rendija de la luz que baña el mundo fuera de la oscuridad de una celda.

Oscar López Rivera

Un López Rivera con ya varias décadas de prisión a cuestas

Leopoldo López

Otro López que seguirá preso tras la idea de un «intercambio

de prisioneros» que al parecer se quedará en palabras